Quizás a un paleolítico que se le hubiera explicado el término de ciudad no lo hubiera entendido, pero de alguna forma ya lo preveía. La raíz etimológica del término ciudad, de civitas y de civilización, – quizás de raíz paleoeuskara IBIL -, semanticamente emparentada con urbanizar, parece significar en origen caminos, vías, carreteras.
Osea, civilización es un conjunto de caminos que conectan diversos hitos urbanos en los que viven y se desarrollan las personas en dialéctica con la naturaleza. Cuando la densidad de estas infraestructuras llegan al nivel en el que doquiera miramos vemos edificios, carreteras, sistemas de luz, escaleras y puentes, podemos decir que estamos en una ciudad. Un paleolítico si hubiera vuelto loco solo de pensarlo. Y sin embargo vivía normalmente por caminos, o haciéndolos o volviéndolos a recorrer, conociéndolos, transmitiendo el conocimiento de esos caminos a los siguientes caminantes.
Quizas metaverso es la nueva forma de decir ciudad. Es más, Elon Musk se refiere a El Metaverso como algo solo consistente en pantallas dispuestas una detrás de otra, y seres humanos con esas pantallas pegadas a la cara. Sin embargo, como venimos viendo, El Metaverso es la cotidianidad de la vida tal y cómo se experimentara dentro de 10 años: pantallas públicas, hologramas, audios, dispositivos que hablan, traducen, alertan, procesan e inteligencias artificiales, objetos androides digitales que nos asisten en cada momento o proceso en los que necesitamos o requerimos de ellos en nuestro devenir urbano.
Gafas de realidad virtual, gafas de realidad aumentada; dispositivos de alumbrado en las gafas normales como el de Opo que está saliendo ahora, el reloj de salud, las pantallas que entran en contacto con noticias de dispositivos y dan la bienvenida al viajero que va a coger el autobús y le explican a qué hora llega. El robot que pide permiso para hablar y explica que hay una zona con mucho barro y conviene tener cuidado con los zapatos…
No me gustan los robots excesivamente avisadores pero podrían ser valiosos puntos de apoyo y posiblemente en un futuro no demasiado lejano también dispositivos del tipo de Neuralink.
Ahora viene aquí el problema que hay que poner en el tejado de Elon Musk, y consite en si a él le parece bien poner el camino en la propia cabeza de la persona, si es así, esto es centralizar el estado y el poder del Estado sobre las comunidades y sociedades civiles comunitarias. De este modo la pregunta es ¿cómo se va a lograr que ese chip sea una extensión del cerebro y la voluntad de una persona y no lo contrario? ¿desarrollará el individuo o lo anulará completamente? LLa nueva forma ciudad trae pues preguntas muy sustantivas e inquietantes.
Neuralink, en cualquier caso, está claro que va a ser otro de los ladrillos de El Metaverso.
https://es.cointelegraph.com/news/elon-musk-thinks-neuralink-is-better-than-metaverse-in-long-term
Larsoibar
Poeta y Metanauta
Suelo andar en el protometaverso desde 1996